Colaboración Especial
El desafío de diversificar la promoción turística en México: consolidar lo tradicional y explorar lo desconocido

Estamos a unos cuantos días de comenzar con varias de las festividades y actividades más atractivas para el turismo local, nacional e internacional en México. La agenda inicia con el Día de Muertos, una celebración mexicana que, aunque siempre ha sido un atractivo por sí sola debido a su profunda conexión mística y cultural, recibió un gran impulso en los últimos años gracias a la atención de Hollywood. La película de James Bond inspiró la creación del desfile y, posteriormente, Coco consolidó esta colorida celebración a nivel global, poniendo a México en el ojo del mundo.

En las mismas fechas, y desde 2015, México es sede de la Fórmula 1, atrayendo a cientos de miles de turistas cada año, quienes generan importantes ingresos para los prestadores de servicios. Finalmente, en diciembre llega la Navidad, Año Nuevo y Día de Reyes durante la temporada vacacional, cuando miles de turistas que huyen del frío europeo y norteamericano para disfrutar las playas de México.

Sin embargo, estos eventos no son suficientes para mantener un flujo constante y desestacionalizado de turistas a nuestro país. Aunque México se encuentra entre los países más visitados del mundo (dentro del top ten), aún falta diversificar tanto los ingresos como los visitantes en un territorio tan extenso. Los turistas aún se concentran en unos cuantos destinos, mientras que muchos otros lugares con asombrosos atractivos turísticos y diversidad cultural no necesariamente se ven tan favorecidos.

La nueva administración nacional debe prestar mayor atención al turismo, entendiendo que representa una de las mejores fuentes de ingresos y generadora de empleos. Para ello, debe participar activamente en apoyar a la diversificación y consolidación del sector, sin descuidar los principales atractivos del país. Destinos como Cancún, Los Cabos y la Ciudad de México han consolidado su posición en el panorama mundial, atrayendo millones de visitantes cada año. No obstante, esta concentración en áreas específicas ha dejado a muchas otras regiones con gran potencial turístico en segundo plano, impidiendo un desarrollo más equitativo, aunque se trata de un fenómeno común alrededor del mundo.

Resulta fundamental dar visibilidad también a estados tan importantes y hermosos que muchas veces no figuran en la escena internacional, tales como Coahuila, Chihuahua, Aguascalientes, Durango, Tlaxcala, e Hidalgo, entre otros. Para lograrlo, el gobierno debe apoyar y potenciar la promoción, coadyuvar en el crecimiento de una mejor infraestructura y seguridad; así como fomentar la creatividad de los encargados del turismo en cada estado, quienes año tras año enfrentan limitaciones presupuestarias que no permiten ejecutar campañas de promoción efectivas, resultando en esfuerzos aislados y de impacto muy limitado.

Aunque es complicado atraer grandes producciones cinematográficas internacionales para lograr una exposición masiva, como en los ejemplos mencionados, tanto el turismo como muchas otras industrias dependen cada vez más de un fuerte componente digital. Una estrategia sólida de marketing digital no solo debe centrarse en la creación de contenido atractivo, sino también en el uso avanzado de tecnologías y herramientas como la inteligencia artificial y la realidad aumentada.

Ejemplos recientes de promoción turística innovadora incluyen el uso de experiencias inmersivas en destinos como Nueva Zelanda, donde los turistas pueden “experimentar” digitalmente un lugar antes de su visita real. México podría explorar la implementación de campañas similares, permitiendo a los usuarios recorrer virtualmente las pirámides de Teotihuacán, pasear por las haciendas vitivinícolas o por los coloridos mercados de Oaxaca desde sus dispositivos móviles. Este tipo de experiencias inmersivas podrían inspirar y generar mayor interés en los turistas para facilitar así, su decisión de viaje.

Existen además herramientas que permiten identificar patrones de comportamiento y preferencias de los turistas, lo que podría facilitar una promoción más segmentada y personalizada, maximizando el impacto y atrayendo a un público más amplio y diverso a través de sus intereses y conductas. En la era de la información, ¿por qué no apalancarse del potencial que otorga?

México no necesita empezar desde cero; puede inspirarse en estrategias innovadoras que ya han sido exitosas a nivel nacional o bien, en otras partes del mundo. Todos los destinos tienen algo único que puede atraer visitantes. Por ejemplo, Japón ha implementado programas de agroturismo que permiten a los turistas experimentar la vida rural y participar en actividades como la cosecha de arroz o la elaboración de sake. En México, destinos como Oaxaca, Chiapas o Veracruz podrían beneficiarse de un enfoque similar, promoviendo no solo su biodiversidad, sino también sus ricas tradiciones.

Pocos países cuentan con la riqueza auténtica y multicultural de México. La promoción turística debe basarse en una estrategia integral y diversificada que impulse tanto los destinos consolidados como aquellos menos favorecidos por los reflectores. La clave estará en la innovación y la creatividad para contar y compartir estas historias. México tiene a sus pies la oportunidad de fortalecer su liderazgo turístico a nivel mundial, ofreciendo experiencias únicas y auténticas a los visitantes, mientras asegura un desarrollo más integral y equitativo para todas sus regiones, pero para ello se requiere de decisión y un esfuerzo coordinado.