San Pancho, Riviera Nayarit: el match perfecto entre sofisticación y aventura

Entre la selva y el océano, a solo 40 minutos de Bucerías, San Francisco —o San Pancho, como lo llaman de cariño— se revela como un refugio costero donde el arte, la naturaleza y el lujo relajado conviven en perfecta armonía. Un destino para quienes buscan lujo sin ostentación, aventura auténtica y experiencias memorables.

Despertar con aroma a café y el sonido del mar

Prieta Café abre la puerta al espíritu del pueblo: café local de sabor profundo, decoración artesanal y un ambiente que invita a quedarse sin mirar el reloj. Cada sorbo es un viaje sensorial que prepara al visitante para un día lleno de descubrimientos.

Surf con estilo

San Pancho ofrece olas para todos: principiantes y expertos encuentran su lugar. Con Santa Madre Surf School & Adventures, surfear aquí es mucho más que deporte: es una comunión con la naturaleza y la libertad absoluta.

Un pueblo que es galería viva

Cada calle se convierte en un lienzo. Murales de artistas locales e internacionales cuentan historias de naturaleza, espiritualidad y cultura wixarika. Para recorrerlos, los visitantes pueden usar los carritos de golf de Carrillos Rentas & Experiencias, disfrutando un paseo lleno de color y tradición.

Alta cocina frente al mar

En IKAN, el chef Mario transforma ingredientes frescos del mar en alta cocina contemporánea: tostadas de atún con salsa macha y aguachile de camarón que son un festín para todos los sentidos. Más tarde, en MUTUA, el chef Lacho propone cocina local con técnica impecable: picaña con salsa de higo hoisin y ceviche de camote y maíz crujiente, perfectos para cerrar un día de experiencias únicas.

Hotel Witari Boutique: descanso entre selva y mar

Con habitaciones decoradas con detalles naturales y terrazas con vista a la piscina, el hotel ofrece un refugio discreto donde el sonido de la selva acompaña un sueño profundo y reparador.

Día 2: naturaleza, cultura y exclusividad

El día inicia con chilaquiles servidos en la habitación, mientras la luz natural despierta los sentidos. Luego, una caminata por la selva conduce a Playa Clavellinas, un paraíso virgen donde el mar turquesa invita a nadar y hacer snorkel.

El viaje culinario continúa en Habibi, con sabores mediterráneos y toques mexicanos, y se completa con un partido de polo en el Club La Patrona, donde la tradición ecuestre se combina con elegancia natural. Al atardecer, un cóctel en La Tarraya y la Tostada San Pancho en Olivas coronan la experiencia. Para cerrar con broche de oro, Limbo ofrece cocina de autor que transforma cada plato en arte.

San Pancho es más que un destino: es una manera de viajar, con los pies descalzos, el corazón abierto y el paladar listo para dejarse sorprender. Aquí, el lujo es una conversación con el mar, una mesa bien servida y paisajes que elevan el espíritu.