El sorteo de la Copa del Mundo 2026 no solo definió partidos y sedes; también activó movimientos inmediatos en la estrategia turística de México. Así lo dejó claro la Asociación de Secretarios de Turismo (Asetur), encabezada por Bernardo Cueto, durante una conferencia de prensa en la que los titulares estatales coincidieron en un punto: el Mundial ya empezó a reconfigurar prioridades, inversiones y mercados.

Con más de cinco millones de personas registradas en el sistema de FIFA buscando boletos, el escenario que se dibuja es el de una demanda internacional intensa y diversificada. Asetur anticipa que ese interés se traducirá no solo en asistencia a los estadios, sino en millones de viajes adicionales hacia México antes, durante y después del evento, replicando patrones observados en Copas del Mundo recientes, donde los destinos cercanos a las sedes se vieron ampliamente beneficiados.

Bernardo Cueto apuntó que el reto ahora es ordenar la estrategia nacional para capitalizar ese flujo. Y ese ajuste comenzó en el momento en que se conocieron los rivales, las sedes y los calendarios.

Cambian los mercados, cambian las rutas

Uno de los mensajes más relevantes de la conferencia fue el reconocimiento abierto de que el sorteo obligó a reorientar esfuerzos de promoción. Estados sede, particularmente Nuevo León, confirmaron que ya están redefiniendo sus mercados prioritarios con base en las selecciones que jugarán en territorio mexicano.

Texas, Canadá, Corea del Sur y Japón pasaron a primer plano. En el caso de Asia, la secretaria de Turismo de Nuevo León, Maricarmen Martinez Villarreal confirmó que ya se firmó un memorándum de entendimiento con la Oficina de Turismo de Corea y se prepara una gira específica en Corea y Japón, buscando atraer no solo aficionados, sino viajeros que aprovechen el Mundial como pretexto para recorrer México .

La conectividad juega aquí un papel clave. Vuelos directos desde Asia, Europa y Sudamérica colocan a México en una posición estratégica para convertirse en hub de entrada al Mundial, una idea que Asetur comenzó a empujar con mayor fuerza tras conocerse el calendario oficial.

México como hub mundialista

Más allá de los partidos, Asetur plantea un escenario en el que México funcione como país base para miles de aficionados que asistirán a juegos en distintas sedes de Norteamérica. La lógica es clara: llegar por México, hospedarse en México, consumir en México y, en muchos casos, salir de México tras recorrer varios destinos.

Desde Asetur se subrayó que esta dinámica ya se observó en Qatar 2022, donde ciudades y países cercanos captaron buena parte del gasto turístico. Para 2026, la apuesta es que destinos de playa, ciudades coloniales, Pueblos Mágicos y rutas gastronómicas se beneficien del ambiente mundialista, incluso sin ser sedes oficiales  .

La Alianza del Norte toma forma

Otro efecto directo del sorteo es el fortalecimiento de la Alianza de los Estados del Norte, una estrategia que busca convertir a Monterrey en una gran vitrina turística nacional durante el Mundial. Nuevo León confirmó que ya trabaja en la instalación de un fan fest de larga duración, con negociaciones avanzadas para que tenga sede en Parque Fundidora.

La intención es abrir ese espacio para que otros estados —del norte y del resto del país— puedan presentar su oferta turística, cultural y gastronómica ante los visitantes internacionales que lleguen a la ciudad. El Mundial, coincidieron los secretarios, no puede entenderse como un evento de tres ciudades, sino como una oportunidad país.

Señales positivas rumbo a 2026

En el corto plazo, Asetur también destacó que el cierre de 2025 y la temporada decembrina muestran signos positivos en ocupación y desplazamiento interno, especialmente en viajes de corta distancia, turismo gastronómico, destinos de montaña y playa, así como en nuevas formas de movilidad turística como el Tren Maya.

Desde los estados del centro del país se compartieron datos que reflejan el impacto económico del turismo, con incrementos en el PIB estatal ligados directamente a la actividad turística, confirmando que el sector sigue siendo uno de los motores más sólidos para las economías locales  .

Al cierre de la conferencia, Bernardo Cueto insistió en que el Mundial 2026 obliga a romper inercias. No se trata solo de promoción turística tradicional, sino de coordinación institucional, conectividad, infraestructura, seguridad, comunicación internacional y narrativa país.

“El Mundial nos pone en el escaparate global. Ahora el reto es que México se vea, se viva y se recorra más allá de los estadios”, sintetizó.