Protagonista de la Semana
El agente de viajes, más vigente que nunca
Estrategia, tecnología y valor humano, la visión de Saga Travel hacia 2026
En un entorno marcado por la automatización, la inteligencia artificial y un consumidor cada vez más informado —y exigente—, el canal de las agencias de viajes vive un momento que dista mucho de la amenaza que durante años se le auguró. Lejos de desaparecer, atraviesa un proceso de reposicionamiento y fortalecimiento, donde el valor humano, la estrategia y la especialización vuelven a ocupar el centro de la experiencia. Así lo plantea Ricardo Romero, director de Saga Travel, al trazar un diagnóstico claro del mercado y del rumbo que está tomando la industria turística de cara a 2026.
Para Romero, este no ha sido un año más, sino un punto de inflexión. El regreso de los clientes a las agencias no es una percepción subjetiva, sino una realidad respaldada por cifras y comportamientos muy concretos: ventas sostenidas, mayor volumen de solicitudes y, sobre todo, un cambio profundo en la manera de planear los viajes. Hoy, afirma, los clientes están comprando con mucha más anticipación, incluso cerrando reservas y grupos para septiembre y octubre de 2026 desde finales de 2025. Un fenómeno que no solo habla de intención de viaje, sino de confianza en el canal.
“La gente está viajando, está comprando con tiempo y está regresando a buscar a los agentes de viajes”, señala Romero, subrayando que esta anticipación se ha convertido en un nuevo termómetro del mercado. Para el trade, este comportamiento abre la puerta a una planeación más estratégica, a esquemas de preventa, a mejores negociaciones y a un trabajo mucho más sólido de asesoría financiera y diseño de producto.
Del intermediario al estratega de viaje
Uno de los ejes más sólidos que define la visión de Saga Travel es la profunda redefinición del rol del agente de viajes. En una era dominada por la sobreinformación —que Romero no duda en calificar como una auténtica “intoxicación informativa”— el verdadero valor ya no está en cotizar ni en intermediar, sino en interpretar, decidir y acompañar.
“El agente deja de ser un intermediario para convertirse en un estratega de viaje”, plantea Romero. Antes, el poder del agente estaba en el acceso a la información; hoy, la información abunda. El diferencial está en el criterio, en saber qué recomendar, qué evitar, cómo anticipar riesgos y cómo diseñar experiencias que realmente respondan a lo que el viajero busca.
Este cambio se refleja con claridad en el propio modelo de negocio de Saga Travel: cerca del 70 % de sus ventas corresponden a viajes a la medida. Un dato que rompe con la idea de que la personalización es exclusiva del lujo extremo o de un segmento inalcanzable. “Un viaje a la medida no necesariamente es caro; es el lujo de que alguien te escuche, te asesore y te diseñe la ruta correcta”, explica.
En ese contexto, el concepto de lujo también se redefine. Ya no se trata únicamente de hoteles de alto nivel o destinos exclusivos, sino de ritmo, lógica y calidad del diseño del itinerario. Romero observa una clara evolución en los clientes: viajeros experimentados que hoy buscan recorridos más tranquilos, menos acelerados y con mayor profundidad. Y ahí, nuevamente, el agente se vuelve insustituible.
Grupos a la medida: una tendencia silenciosa que gana fuerza
Otro de los grandes aprendizajes del año para Saga Travel ha sido la evolución de los grupos tradicionales hacia grupos privados y a la medida, desarrollados en estrecha colaboración con las agencias de viajes. Lejos de productos estandarizados, el enfoque ha sido escuchar al agente, entender el perfil del cliente final y construir propuestas viables desde el origen.
A través de sesiones de trabajo personalizadas —muchas de ellas vía Zoom— Saga ha logrado diseñar grupos con tarifas garantizadas, esquemas de pago flexibles y beneficios que solo se obtienen con planeación y músculo financiero. “Escuchar a las agencias y, a través de ellas, escuchar al viajero ha sido clave”, subraya Romero.
Este modelo no solo fortalece la relación operador–agencia, sino que empodera al agente, permitiéndole ofrecer productos propios, diferenciados y con mayor margen, en un mercado cada vez más competitivo.
Inteligencia artificial: aliada estratégica, no sustituto
Lejos de los discursos alarmistas, la visión de Saga Travel frente a la inteligencia artificial es clara: la IA no viene a sustituir al agente, viene a fortalecerlo. La tecnología, explica Romero, debe entenderse como una estructura de apoyo, no como un reemplazo del factor humano.
En la práctica, Saga ha integrado herramientas de IA para automatizar respuestas iniciales, gestionar demanda generada por activaciones digitales, optimizar procesos y filtrar solicitudes. Todo ello sin desplazar al equipo humano ni romper la experiencia personalizada. “La utilizamos con criterio y estrategia; no hicimos ruido, la usamos como apoyo”, explica.
Desde su perspectiva, la tecnología hoy está al alcance de todos —grandes operadores y agencias independientes— y, lejos de ampliar la brecha, la reduce para quienes deciden capacitarse y adaptarse. El verdadero riesgo, advierte, no está en la IA, sino en quedarse inmóvil.
Tendencias de viaje que marcan el rumbo a 2026
En cuanto al comportamiento del viajero y el diseño de producto, Romero identifica tendencias muy claras. Egipto se posiciona como el destino número uno rumbo a 2026, impulsado por su proceso de modernización, la apertura del Gran Museo, nuevos hoteles y una renovada oferta de lujo. Le siguen los safaris en África —Kenia y Tanzania—, que continúan creciendo por la búsqueda de experiencias auténticas.
La región nórdica mantiene su atractivo por ser menos saturada, con propuestas que combinan naturaleza, exclusividad y experiencias invernales, mientras que Asia muestra una evolución más allá de los circuitos tradicionales, con Vietnam y China ganando terreno por su contraste entre historia y modernidad. En el segmento de lujo y experiencias únicas, destinos como Bután y Mongolia comienzan a despertar un interés creciente.
En América, Costa Rica sorprende por su crecimiento sostenido, mientras que el esquí en Argentina se consolida como una alternativa sólida para el mercado mexicano. Más allá del destino, el patrón es claro: el viajero sigue buscando precio, pero prioriza cada vez más la experiencia, el servicio y la asesoría.
Capacitación, especialización y data: las nuevas ventajas competitivas
Otro de los pilares estratégicos de Saga Travel ha sido la formación constante del equipo y el acompañamiento real a las agencias. Romero hace una distinción clave: no se trata solo de capacitar, sino de formar, con objetivos claros, herramientas útiles y aplicación directa en la venta.
“No se trata de inundar de contenido, sino de ofrecer pocas herramientas, bien pensadas y con sentido”, señala. A ello se suma el uso de métricas y analítica de datos para medir resultados, ajustar estrategias y entender mejor al mercado, una práctica que considera indispensable para el futuro del canal.
Frente a la guerra de precios y la proliferación de comparadores, el mensaje es contundente: la salida está en la especialización. Nichos como el turismo religioso, gastronómico, deportivo, corporativo estratégico o los viajes de lujo permiten a las agencias competir por conocimiento y valor, no por tarifa.
Resultados y proyección de Saga Travel
A tres años de su lanzamiento, Saga Travel cierra una etapa de consolidación con resultados sólidos: más de 700 pasajeros atendidos, un crecimiento superior al 25 % respecto al año anterior y una base de más de 5,000 agentes de viajes registrados, construida desde cero. La compañía ha desarrollado más de 400 programas, mantiene una estrategia de grupos reducidos y continúa ampliando su presencia en el país mediante roadshows y encuentros presenciales.
La proyección hacia 2026 es clara: seguir creciendo de forma orgánica, ampliar el equipo, fortalecer la personalización y profundizar en el uso estratégico de la tecnología. “El corazón de Saga está en el servicio, en lo artesanal, en escuchar y traducir lo que el viajero realmente busca”, resume Romero.
Un mensaje claro para el canal
El consejo final para las agencias es directo y sin rodeos: invertir en profesionalización, especialización y valor, utilizar la tecnología como aliada y dejar de competir solo por precio. “El cliente ya no paga por una reserva; paga por confianza, criterio y acompañamiento”, concluye.
En un escenario donde la inteligencia artificial avanza a gran velocidad, la paradoja es clara: cuanto más crece la tecnología, más valor adquiere el factor humano. Y ahí, el agente de viajes no solo sigue vigente, sino que se vuelve más relevante que nunca.
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