La industria turística está a punto de vivir un cambio profundo en un segmento que, durante años, parecía condenado a quedarse atrás: los tours de varios días. De acuerdo con una investigación reciente de Arival, este mercado ha crecido 26.6% anual en los últimos tres años y alcanzó 12,100 millones de dólares en ingresos en 2024. Y todo indica que 2025 será el año en que esta categoría, tradicionalmente difícil de digitalizar, se convierta en uno de los motores más importantes del crecimiento global de las experiencias de viaje.

La razón es simple pero decisiva: la brecha digital finalmente se ha cerrado. Así lo afirma Davide Galleri, CEO y fundador de Adalte, el hub B2B que desde hace años empuja la modernización de este segmento. Según él, la industria por fin llegó al punto en el que los tours complejos —aquellos que combinan múltiples servicios, proveedores, rutas y contenidos— pueden gestionarse, estandarizarse y distribuirse online con la misma facilidad con la que hoy se vende un hotel o un vuelo.

“El mensaje para la industria es claro: la brecha se ha cerrado”, sentencia Galleri. Y lo respalda con hechos: hoy cualquier comprador puede conectarse a un inventario global de tours de varios días a través de una única API, o ingresar a marketplaces con más de 5,000 experiencias listas para reservar. Al mismo tiempo, los vendedores tienen por fin herramientas para distribuir sus productos de forma global y totalmente integrada. “Las oportunidades de crecimiento ahora son tangibles para todos los actores dispuestos a adoptar la tecnología necesaria”, afirma.

Aun con este escenario favorable, muchos DMCs, operadores y mayoristas siguen sin dar el salto. La resistencia no es menor: durante décadas, la complejidad del producto ha sido una barrera natural. Pero esa tibieza ya está generando inquietud entre OTAs y distribuidores globales, que empiezan a preguntarse no solo cuándo deben entrar al segmento, sino si podrán hacerlo con suficiente rapidez una vez que el mercado despegue.

Desde Adalte, las señales son contundentes. En apenas doce meses, la plataforma logró conectar a 70 DMCs y 200 tour operadores en todo el mundo, todos ya listos —tecnológicamente hablando— para operar como consolidadores, como OTAs de tours, o para permitir a minoristas con capacidades tecnológicas adquirir productos online de manera instantánea. El movimiento ya empezó, y quienes se suman están encontrando una ventaja competitiva difícil de igualar.

El sector también comienza a mostrar especialización. Algunos operadores ya venden producto consolidado B2B, otros funcionan como OTAs, y no parece lejano el día en que influencers o comunidades digitales impulsen marketplaces temáticos. Pero Galleri es claro: para escalar de verdad se requiere profesionalismo, licencias, cumplimiento regulatorio y, sobre todo, cooperación entre el comercio tradicional y los distribuidores digitales. Cada uno aporta algo fundamental: volumen y experiencia por un lado, alcance y nuevas audiencias por el otro.

La tecnología de Adalte busca precisamente eso: unir ambos mundos. Su plataforma permite a los DMCs gestionar contenidos y distribuir inventarios de forma multicanal o mediante un switch de APIs, garantizando una presencia inmediata en mercados internacionales sin aumentar la carga operativa. Para los compradores, ofrece un acceso directo y simplificado a un inventario global de tours de alta calidad, listo para integrarse en cualquier sistema de venta.

“Nuestro objetivo es sencillo”, concluye Galleri, “hacer que reservar tours de varios días online sea rápido y sin complicaciones. Por primera vez, la cooperación entre el comercio tradicional y los distribuidores digitales tiene el poder de hacer que este segmento crezca de forma exponencial”.

La pregunta ya no es si los tours de varios días podrán digitalizarse. Esa etapa quedó atrás. La pregunta ahora es quién aprovechará primero esta oportunidad que, según todos los indicadores, está a punto de transformar la forma en que se venden y se viven los viajes complejos en todo el mundo.