Viajar al invierno canadiense es una de esas experiencias que se quedan grabadas para siempre. Desde el momento en que el avión toca tierra y el frío se hace presente -con temperaturas que alcanzan los -24 °C-, queda claro que se está a punto de vivir algo especial. Canadá en invierno no solo se observa: se siente, se experimenta y se disfruta con todos los sentidos.

El acceso desde México es mucho más sencillo de lo que podría pensarse. La conectividad aérea con Air Canada, con múltiples frecuencias semanales hacia Montreal y Toronto, permite llegar de forma ágil al este de Canadá. A partir de Montreal, la ruta continúa hacia Quebec y, posteriormente, un traslado terrestre de aproximadamente dos horas conduce a Charlevoix, una región que combina paisajes naturales de alto impacto con una marcada influencia francesa.

El trayecto es parte de la experiencia: montañas cubiertas de nieve, bosques blancos y una atmósfera que anticipa lo que está por venir. Charlevoix, designada Reserva de la Biósfera por la UNESCO y ubicada a orillas del río San Lorenzo, es un destino pequeño, auténtico y profundamente invernal. En esta región, el invierno no se combate: se celebra.

Club Med Charlevoix, el punto natural del viaje invernal en Quebec

El corazón del viaje se encuentra en Club Med Charlevoix, el primer resort de montaña todo incluido de la cadena en Norteamérica. Aquí, el concepto “todo resuelto” cobra pleno sentido. Desde el acceso directo a las pistas bajo el esquema Ski In / Ski Out, hasta los lift tickets, renta de equipo, clases de esquí para todos los niveles y traslados desde el aeropuerto de Quebec, el producto está pensado para que el viajero se concentre únicamente en disfrutar.

El centro de esquí Le Massif es uno de los grandes diferenciales del destino. Reconocido por contar con el mayor desnivel vertical al este de las Montañas Rocosas, ofrece más de 50 pistas que atienden tanto a principiantes como a esquiadores experimentados. Esto permite comercializar el destino con amplitud de perfiles, desde viajeros primerizos hasta amantes del esquí avanzado.

Más allá del esquí, el resort amplía la experiencia con una oferta complementaria sólida: piscinas climatizadas, jacuzzis con vistas a la montaña, spa, caminatas invernales, música en vivo, shows nocturnos y una animada escena après-ski. Todo ello acompañado de una propuesta gastronómica cuidada y open bar durante el día, lo que redondea una experiencia integral.

El factor humano es clave. El equipo de G.Os (Gentils Organisateurs), sello distintivo de Club Med desde su fundación en 1950, aporta cercanía y calidez en cada interacción, algo especialmente valioso en un entorno de frío extremo. Este enfoque convierte al resort en una opción ideal tanto para familias como para parejas, grupos de amigos o incluso viajeros solos.

En el segmento familiar, el Kids Club para niños y adolescentes de 4 a 17 años se posiciona como un valor agregado relevante: actividades durante todo el día, desde juegos hasta clases de circo y teatro, mientras los adultos pueden esquiar, relajarse o simplemente contemplar el paisaje invernal.

El invierno en Quebec también transforma la percepción del tiempo. El atardecer alrededor de las cuatro de la tarde invita a una dinámica distinta: encuentros más íntimos, conversaciones largas y momentos de pausa después de la actividad física. El frío es intenso, pero la infraestructura y la logística están tan bien resueltas que nunca se vuelve incómodo.

El lado más auténtico del invierno

Entre las experiencias complementarias, destaca el trineo jalado por perros husky, una actividad de alto valor emocional que conecta al viajero con el entorno natural de forma auténtica. Aunque representa un costo adicional, se consolida como uno de los momentos más memorables del viaje.

Esta experiencia, diseñada para combinar naturaleza, deporte, confort y logística eficiente, forma parte de los programas que Saga Travel pone al alcance del mercado mexicano. Con una curaduría cuidadosa del destino y del producto, la propuesta permite ofrecer al viajero un invierno distinto: intenso, bien estructurado y fácil de operar.

Para quienes buscan diversificar su portafolio con un viaje de invierno sólido, bien conectado y altamente vendible, Quebec y Charlevoix en temporada invernal representan una opción que transforma el frío en una experiencia comercial de alto valor, lo cual nos pone en evidencia Ricardo Romero, director de Saga Travel al compartir su experiencia.