Entre el aire frío del Ajusco, rodeados de montañas, pinos y cálidas cabañas, los socios de Conexstur se reunieron para despedir el año en un ambiente íntimo, natural y profundamente simbólico. El escenario —tapizado en tonos verdes y aromas de bosque— se convirtió en el marco ideal para reconectar y cerrar juntos un ciclo marcado por logros, retos y nuevos comienzos.

La jornada abrió con la reunión del consejo, en la que los directivos revisaron el informe anual y los avances obtenidos durante 2025, un año que dejó huella para la asociación gracias a distintas “primeras veces”. Mientras tanto, los acompañantes y algunos socios se dieron a la tarea de montar el árbol de Navidad, que más tarde se transformaría en el punto de encuentro del festejo: un rincón para fotos, risas y memorias compartidas.

Al concluir la junta, los asistentes recibieron un detalle especial: suéteres navideños que reforzaron el ambiente de cercanía y el espíritu familiar que distingue a Conexstur. Poco después comenzó una de las experiencias más inesperadas de la tarde: una sesión sorpresa de meditación guiada, acompañada del sonido envolvente de cuencos de cuarzo. El ejercicio se convirtió en un momento profundamente emotivo, una invitación a cerrar el año con consciencia, soltar tensiones y abrir espacio para nuevas intenciones.

Con el atardecer filtrándose entre los árboles, llegó el momento del brindis encabezado por la presidenta de Conexstur, Birgit Grund, quien dirigió un mensaje cargado de gratitud y esperanza para el ciclo que está por comenzar. Enfatizó el valor de la presencia, la unidad y el compromiso de los socios a lo largo del año.

“Este año ha sido especial para nuestra asociación. Hemos logrado cosas que, en muchos sentidos, fueron primeras veces: nuevas colaboraciones, nuevas puertas que se abrieron, eventos que realizamos con gran éxito y proyectos que marcaron un antes y un después. Nada de esto habría sido posible sin su presencia, sin su compromiso y sin la confianza que depositan —una y otra vez— en Conexstur.”

Grund también subrayó la importancia de mantener la colaboración como eje central del turismo receptivo, y reconoció el trabajo constante del equipo de Conexstur, “quienes hacen posible que cada proyecto avance, aun cuando no siempre se vean en escena”.

Tras el brindis, llegó la esperada parrillada, una propuesta culinaria que combinó perfectamente con el entorno montañoso, dando pie a una convivencia cálida, cercana y llena de conversaciones que fluyeron con naturalidad entre el humo de la leña y el aroma de los pinos.

La noche avanzó hacia una tradicional posada, iluminada por luces de bengala y acompañada de villancicos. La piñata —infaltable en toda celebración decembrina— despertó risas, competencia amistosa y un entusiasmo auténtico entre socios y acompañantes. Al finalizar, cada invitado recibió su aguinaldo dentro de una taza con forma de galleta de jengibre, ideal para acompañar un ponche bien caliente mientras el frío del Ajusco comenzaba a intensificarse.

Así, entre naturaleza, tradición y convivencia, Conexstur cerró un año significativo reafirmando los valores que la distinguen: la unión, el trabajo colaborativo y la continuidad de proyectos que fortalecen al turismo receptivo mexicano. Más allá de la celebración, el encuentro evidenció el compromiso de sus socios por seguir construyendo juntos, evolucionando y abriendo camino a nuevas metas. Un cierre perfecto para un 2025 que deja crecimiento, aprendizajes y la promesa de un 2026 lleno de nuevos horizontes.