Esta Navidad con Rail Europe: entre dragones, telas mágicas y cencerros alpinos

Hay algo profundamente encantador en los mercados navideños europeos. Cada ciudad, cada plaza y cada aroma de vino caliente cuentan una historia. Pero más allá de los destinos más famosos, hay rincones que todavía guardan la esencia pura de la Navidad: lugares donde las tradiciones siguen vivas, las luces parecen más cálidas y los recuerdos se viajan mejor en tren.

Esta temporada, Rail Europe propone un recorrido distinto, más íntimo, más auténtico. Seis destinos poco conocidos donde la magia navideña se descubre a paso lento, mirando por la ventana de un vagón, respirando el aire del invierno y dejándose llevar por los sonidos de las campanas, los coros y los cencerros alpinos.

En Suiza, la ciudad de Chur, la más antigua del país, se ilumina con el brillo de los Alpes. Entre callejones medievales, coros montañeses y artesanos de madera, el viajero siente que ha entrado en una postal viviente. Los puestos ofrecen cencerros decorados, figuras talladas y dulces típicos. Con el Swiss Travel Pass, es posible enlazar Chur con otras ciudades de montaña, recorriendo paisajes nevados que parecen de otro tiempo.

En Francia, la Navidad se viste de tela. En Mulhouse, cada año se diseña un nuevo Tissu de Noël, una creación textil que decora las calles y los chalets del mercado, en homenaje a la herencia industrial de la ciudad. Es un festival de color y textura, donde los visitantes descubren el arte alsaciano y el encanto discreto de una ciudad que aún guarda su alma local.

El viaje continúa hacia Alemania, donde Esslingen, a solo diez minutos de Stuttgart, se transforma en una feria medieval. Entre comerciantes disfrazados, herreros, sopladores de vidrio y músicos de la Edad Media, el mercado de Adviento parece sacado de un libro de historia. Aquí, el vino caliente se sirve en tazas de barro, y los niños juegan entre antorchas y carpas mientras suenan villancicos de otro siglo.

En Italia, la Navidad tiene aroma a pino y sabor a queso alpino. Trento, con sus plazas iluminadas y sus presepi tallados en madera, encierra el espíritu más acogedor de los Dolomitas. Los visitantes pasean entre puestos de juguetes, artesanías y vin brulé trentino, mientras las montañas se cubren de nieve. Desde Verona o Innsbruck, los trenes llevan a este rincón donde el invierno se vive con calma y con gusto.

Más al este, Austria prepara una Navidad con una novedad histórica: la inauguración de la Koralmbahn, la línea que unirá Viena y Carintia en tiempo récord a partir del 14 de diciembre. En Klagenfurt, el dragón Lindwurm custodia la plaza principal y observa cómo el mercado se llena de coros, pastel Reindling y sidra caliente Glühmost. Una experiencia tan insólita como hacer tus compras navideñas bajo la mirada de un dragón.

Y en Polonia, Wrocław convierte su plaza Rynek en un auténtico Bosque de Cuento de Hadas. Las escenas de los relatos polacos cobran vida entre luces, música y tazas de vino caliente con forma de bota, que los visitantes guardan como el mejor de los recuerdos. Hay pan de jengibre, cerámica tradicional y un ambiente festivo que mezcla lo antiguo con lo mágico.

Para Rail Europe, viajar en tren durante estas fechas no es solo trasladarse. Es vivir la Navidad desde dentro: llegar al corazón de las ciudades, moverse al ritmo de sus tradiciones y sentir la conexión entre los paisajes, la gente y las historias. Porque en Europa, las fiestas no se celebran, se recorren.

Rail Europe, con más de 90 años de historia, sigue siendo el socio de confianza de la industria de viajes y de los principales operadores ferroviarios del continente. Su red conecta a los viajeros con más de 200 compañías como SNCF, SBB, Eurostar, Trenitalia, DB, Renfe, ÖBB e incluye pases tan emblemáticos como el Swiss Travel Pass y los Eurail Passes. Cada año, más de cinco millones de pasajeros eligen sus trenes para descubrir Europa, y esta Navidad, su invitación es clara: deja que las vías te lleven al corazón de las tradiciones más auténticas del continente.