Hay viajes que se planean y otros que simplemente suceden, como si cada kilómetro se fuera revelando solo. Así fue el FAM organizado por Julia Tours y ¡Ah Chihuahua!, una travesía diseñada para que agencias de varias partes de la República Mexicana, vivieran en carne propia la fuerza, el silencio y la inmensidad de las Barrancas del Cobre, ese rincón del norte del país donde el tiempo parece ensancharse igual que los cañones.

Durante cinco días, del 26 al 30 de noviembre, un grupo diverso de agentes—expertos en viajes de lujo—compartieron miradas, emociones y descubrieron lo que solo Chihuahua puede provocar. Y aunque el itinerario estaba marcado desde el inicio, lo cierto es que cada parada escondía un matiz que transformó un simple recorrido en una gran experiencia.

El Fuerte, Sinaloa — Antesala de la Sierra

El viaje inició con la puntualidad aérea de Aeroméxico de Ciudad de México a los Mochis, y terminó, ese mismo día, con una amena cena en El Fuerte, uno de los Pueblos Mágicos más bonitos del noroeste. Ahí, entre callecitas tranquilas y la hospitalidad del Hotel Posada Hidalgo, el grupo escucho atento la leyenda del Zorro, pues aseguran que aquí nació el hombre que inspiró la leyenda.

El Chepe Express — La Ruta que Todo Agente Debe Vender con Orgullo

Pocos trenes en el mundo tienen el encanto del Chepe Express, y menos aún el privilegio de cruzar la Sierra Tarahumara en uno de sus tramos más espectaculares.

A las 9:30 de la mañana, desde El Fuerte, el grupo abordó la clase ejecutiva y comenzó un recorrido que es en sí mismo una postal en movimiento: paredes rocosas que se elevan sin aviso, barrancos que se abren como abanicos y un paisaje que obliga a guardar el celular para simplemente mirar.

Fueron casi siete horas que se sintieron como minutos. Cada túnel, puente y mirador panorámico provocaba un comentario distinto, pero todos coincidían en algo: no existe un destino en México que combine cultura, naturaleza y epicidad visual como lo hace este.

La llegada a Divisadero marcó el primer gran momento del viaje. El check-in en el Hotel Mirador, literalmente colgado sobre el abismo, terminó de sellar la idea de que Chihuahua merece estar en cualquier catálogo premium del los operadores mayoristas y las agencias de viajes.

Al atardecer, el grupo caminó por los miradores naturales. Las Barrancas se tiñeron de cobre, azul y morado.

Parque Aventura — Entre Tirolesas y Adrenalina

Chihuahua no solo se ve: se vive. La visita al Parque de Aventura Barrancas del Cobre, fue una gran experiencia, en este lugar las piernas tiemblan antes de lanzarse en cualquiera de sus tirolesas… pero el alma lo agradece después.

Tirolesa, ZipRider, vía ferrata o teleférico: cada agente eligió sus retos. Entre gritos, selfies y videos épicos, se confirmó que este parque es un producto que toda agencia debe dominar para perfiles de aventura, familias activas y viajeros que buscan experiencias memorables.

La ruta continuó hacia Creel, donde el Hotel Quinta Misión recibió al grupo con habitaciones amplias y una cena que reconfortó el espíritu. Antes, un recorrido por los valles y la misión permitió entender por qué Creel es una pieza clave del turismo cultural de la región.

Fue impresionante recorrer el Valle de los Sapos, un lugar donde enormes formaciones rocosas parecen adoptar la figura de sapos gigantes en diferentes posturas. Se dice que el viento, la lluvia y el paso del tiempo fueron esculpiendo estas rocas hasta darles formas caprichosas.

Otro gran descubrimiento fue la cueva de PETRA en Creel, un sitio que más conecta a los viistantes con la vida tarahumara, una casa habitada por décadas por una familia rarámuri. Aquí la experiencia es profundamente humana: una vivienda sencilla, construida dentro de la roca, que muestra como la comunidad ha aprovechado la naturaleza para resguardarse. La visita permitió a los agentes de viajes asomarse a un modo de vida que aún resiste al paso del tiempo: sin lujos, sin artificios, pero con una riqueza cultural invaluable.

Entre Culturas y Viñedos — De los Menonitas a los Sabores de Tres Ríos

La mañana siguiente llevó al grupo a Cuauhtémoc, puerta de entrada a la comunidad menonita. El museo fue más que una explicación histórica: fue una mirada íntima a uno de los mosaicos culturales más singulares del país. Este espacio permitió a los agentes de viajes entrar de lleno en la historia y vida cotidiana de esta comunidad que llegó al estado hace más de un siglo. «La visita revela como los Menonitas transformaron el paisaje agricola de la región y cómo han preservado sus tradiciones, idioma y su estilo de vida.

El Museo reproduce una casa típica menonita con mobiliario original, utensilios, herramientas y objetos de uso diario que muestran la sencillez y disciplina con la que han construido su identidad. También se muestran fotografías, documentos y relatos que explican su migración, su relación con Chihuahua y su papel  económico en el norte del país.

Pero la viista no termina ahí, Uno d elos momentos más esperados es conocer -y sobre todo probar- los productos que han hecho famosa a esta comunidad en todo México. Los quesos menonitas, son parte fundamental de su identidad, además de sus mermeladas caseras.

Luego vino una de las sorpresas favoritas del FAM: la experiencia en Viñedos Tres Ríos. El recibimiento por parte de Consuelito Mélendez, fue muy cálido, a lo que siguió una degustación de vinos jóvenes y platillos regionales compartidos entre mesas dieron al día un toque sofisticado, perfecto para quienes buscan productos premium con narrativa local.

Esta antigua hacienda vinculada a la época revolucionaria a las afueras de la Ciudad de Chihuahua, florece uno de los proyectos vitivinícolas más prometedores del norte del país. Con apenas diez años de vinificación, este viñedo —nacido en 2009 bajo una visión de sustentabilidad y reconversión agrícola— celebra hoy un nuevo logro: su Merlot del rancho Satebó fue galardonado con medalla de plata en el Concurso Mundial de Bruselas, uno de los certámenes más prestigiosos del mundo.

El vino, elaborado con uvas seleccionadas de un viñedo de diez años y criado un año en barrica de primer uso, refleja el carácter soleado y elegante de la región. Con esta presea, la casa vitivinícola suma ya 12 medallas en una trayectoria que apenas comienza, consolidando a Chihuahua como un territorio emergente y sorprendente para el vino mexicano.

Además de su producción, este viñedo se ha convertido en una joya de enoturismo: visitas guiadas, relatos históricos representados por una Adelita centenaria, cocina regional de primer nivel y experiencias privadas entre viñedos hacen del lugar un escape auténtico al corazón del norte.

Chihuahua: el encanto  de sus rincones y la fuerza de su historia

La llegada a la capital, Chihuahua, cerró la jornada con tiempo libre para explorar el moderno Distrito 1, un corredor vibrante que combina gastronomía, tiendas, diseño y vida nocturna.

El último día, los agentes recorrieron los puntos esenciales de la ciudad: arquitectura, plazas, historia revolucionaria y espacios culturales que recuerdan la profundidad de Chihuahua más allá de la sierra.

El imponente Museo de la Revolución Mexicana, ubicado en la antigua casa de Pancho Villa, narra con detalle su vida, lucha y su trágico final.

La ciudad sorprende con su arquitectura porfiríana, sus plazas llenas de movimiento, el palacio de Gobierno, con murales que reviven capítulos clave del país, la catedral de estilo barroco y espacios culturales que invitan a detenerse y disfrutar.

Este FAM no solo fortaleció la relación entre Julia Tours, al frente de Lilia Álvaro; ¡Ah Chihuahua! liderado por Julio Chávez, y las agencias invitadas; sino también dejó claro que Chihuahua tiene un poder especial para sorprender incluso a los expertos del turismo.

Los agentes regresaron a casa con algo más que información: volvieron con argumentos, emociones, fotografías reales y la certeza de que Barrancas del Cobre no se describe… se vende desde la experiencia.

Porque cada caída del sol sobre la sierra, cada platillo regional, cada grito lanzándose por una tirolesa y cada copa de vino compartida se vuelve parte del relato que un agente transmite a sus viajeros. Y ese—el relato verdadero—es el que convierte destinos en decisiones.