Peso fuerte abre oportunidades para viajeros mexicanos en Latinoamérica

El peso mexicano ha mostrado cierta volatilidad en los últimos días, previo a la publicación del reporte de empleo en Estados Unidos (NFP). El tipo de cambio alcanzó los 18.86 pesos por dólar, con un repunte intradía de 1.21%, para finalmente estabilizarse en torno a los 18.71 pesos. Aunque cerró con una ligera pérdida de -0.39% frente al dólar, la moneda local se mantiene en niveles relativamente fuertes, apoyada por un PMI manufacturero estadounidense más débil de lo esperado.

Más allá de los indicadores financieros, este comportamiento tiene un impacto directo en los planes de viaje de los mexicanos. La relativa fortaleza del peso frente al dólar y su contraste con otras monedas de la región abre una ventana de oportunidades para quienes piensan vacacionar en Latinoamérica.

Viajar más barato en la región

En destinos como Argentina y Chile, la depreciación de sus monedas locales abarata considerablemente los costos para los turistas mexicanos. Hospedaje, transporte y gastronomía resultan más accesibles, aunque en el caso argentino la incertidumbre económica y política añade un factor de riesgo que puede afectar la experiencia del viajero.

En contraste, países como Colombia y Perú ofrecen un balance más atractivo: sus monedas mantienen cierta estabilidad, con tipos de cambio competitivos, lo que convierte a estos destinos en opciones más equilibradas para aprovechar el poder de compra sin exponerse a tanta volatilidad.

Perspectiva a corto plazo

Mientras el peso mexicano se mantiene en torno a los 18.70 por dólar, el mercado sigue atento a los datos de empleo en Estados Unidos, que podrían marcar la tendencia cambiaria en los próximos días. Para los viajeros, el panorama es claro: Latinoamérica ofrece un abanico de oportunidades, desde la accesibilidad de Argentina hasta la estabilidad de Chile, Colombia y Perú.

El momento resulta favorable para quienes buscan estirar su presupuesto y vivir experiencias culturales y turísticas sin que el bolsillo resienta el impacto de la inflación global.