Hablar de Yucatán hoy es hablar de un destino que ha sabido evolucionar sin perder su esencia. Un estado que entiende al viajero contemporáneo, que lee sus motivaciones y que responde con una oferta cada vez más diversificada, auténtica y consciente. Así lo expresa Darío Flota, secretario de Fomento Turístico de Yucatán, en una conversación que revela mucho más que cifras: traza el mapa del nuevo Yucatán turístico.

Dos destinos, dos viajeros distintos

El análisis del Observatorio Turístico de Yucatán ha permitido identificar con claridad dos grandes polos de atracción: Mérida y Valladolid, cada uno con perfiles de visitante muy distintos.

Mientras Valladolid recibe principalmente viajeros jóvenes provenientes de Quintana Roo —muchos de ellos trabajadores del sector turístico que buscan descanso—, Mérida continúa consolidándose como el principal generador de experiencias para un viajero más activo y explorador. Un visitante que disfruta nadar en cenotes, recorrer zonas arqueológicas, visitar playas cercanas y conectar con la cultura local.

A este flujo se suma un importante componente carretero desde Puebla, Veracruz y Tabasco, así como un turismo “de paso” rumbo a Quintana Roo que suele quedarse una noche a la ida y otra al regreso, ampliando la derrama en el estado.

Conectividad aérea: Yucatán en el radar internacional

La conectividad se ha convertido en uno de los grandes motores del crecimiento. Hoy Yucatán cuenta con vuelos directos desde Miami, Orlando, Houston y Dallas, además de rutas estratégicas que fortalecen su presencia internacional.

Destaca el vuelo Los Ángeles–Mérida, que inició como ruta estacional y ya está confirmada como permanente a partir de julio, así como la conexión con Toronto, clave durante el invierno canadiense, cuando miles de viajeros buscan escapar del frío y encuentran en Yucatán un refugio ideal.

Mérida y el impulso al turismo de reuniones

En el segmento MICE, Mérida vive un momento sólido. El Centro Internacional de Congresos ha permitido posicionar a la ciudad como una sede competitiva para congresos y eventos, con un crecimiento sostenido respecto al año anterior.

Las agencias receptivas especializadas han tenido un buen año y las perspectivas son aún mejores, considerando que muchos eventos se confirman con uno o dos años de anticipación, lo que augura un calendario robusto para los próximos ciclos.

El viajero de experiencias y el auge de los cenotes

Uno de los cambios más claros en el comportamiento del visitante es la búsqueda de experiencias. Hoy, el cenote se ha convertido en la actividad imperdible, incluso por encima de las zonas arqueológicas.

Cenotes en cavernas, a cielo abierto o a ras de suelo; experiencias de aventura o contemplación; paradores con restaurantes y hospedaje alrededor. Todo esto ha transformado la visita en una experiencia integral que invita al viajero a quedarse más tiempo y a explorar más.

Naturaleza viva: flamencos, aves y conservación

El turismo de naturaleza también ha ganado protagonismo. «Este año fue excepcional para la anidación y reproducción de flamencos, con miles de nuevas crías, en un entorno cuidadosamente regulado para evitar afectaciones», destaca el funcionario.

A ello se suma el crecimiento del birdwatching, impulsado por aves migratorias que llegan desde Canadá. Yucatán se consolida así como un destino atractivo para viajeros especializados, amantes de la observación de fauna y de experiencias de bajo impacto.

Europa mira a Yucatán en busca de autenticidad

Dario Flota destaca que el viajero europeo encuentra en Yucatán algo cada vez más escaso en otros destinos: autenticidad real. Franceses, holandeses, alemanes y británicos recorren el estado durante largas estancias, atraídos por una cultura viva que no se representa para el turista, sino que se vive todos los días.

Lengua maya, vestimenta tradicional, gastronomía cotidiana, bordados, hamacas y una hospitalidad genuina conforman una experiencia profundamente valorada por este mercado.

Gastronomía: identidad, campo y futuro

La gastronomía se posiciona como uno de los grandes ejes estratégicos del estado. Yucatán ostenta hoy el título de Capital Iberoamericana de la Gastronomía Precolombina, una distinción que no solo celebra su cocina, sino que impulsa un trabajo profundo de preservación.

A través de una mesa gastronómica que reúne al campo, cocineras tradicionales, chefs, universidades e investigadores, el estado busca garantizar la disponibilidad de ingredientes clave como el achiote o la pepita de calabaza, recuperar recetas originales y hacer del campo una actividad rentable para las nuevas generaciones.

«Platillos como la cochinita pibil enterrada, los papadzules, el queso relleno o el pulpo maya —único de la región— son parte de un patrimonio que hoy se cuida con visión de largo plazo».

Turismo comunitario y sustentabilidad real

El turismo comunitario en Yucatán no es una tendencia reciente, sino una práctica con años de historia. Proyectos locales han sido reconocidos a nivel mundial, demostrando que es posible generar ingresos sin sacrificar identidad ni entorno.

El monitoreo permanente de la calidad del agua en los cenotes, la protección del manto acuífero y la conservación de gran parte de la costa como área natural protegida reflejan un compromiso sólido con la sustentabilidad. Playas vírgenes, zonas de anidación de tortugas y desarrollos controlados forman parte de esta visión.

Nueva infraestructura con conciencia

La oferta turística continúa creciendo, pero lo hace con una mirada distinta. Recientemente se inauguró un glamping de lujo en Valladolid, con altos estándares de sustentabilidad, tratamiento de agua y confort, mostrando que el turismo de naturaleza también puede ser sofisticado.

Cenotes convertidos en paradores, nuevas rutas, festividades locales y experiencias culturales hacen que incluso quienes ya conocen Yucatán encuentren nuevas razones para regresar.

Yucatán, Santuario Maya

De cara al futuro, Yucatán presenta una narrativa poderosa: Santuario Maya. Un concepto que reconoce al estado como un territorio sagrado, heredero de una cultura milenaria viva, y que invita a viajeros y a la industria a asumir la responsabilidad de cuidarlo.

“Recomendar Yucatán es garantía de un cliente contento”, afirma Darío Flota. Y en un entorno donde la confianza es clave para el agente de viajes, esa promesa se convierte en uno de los activos más valiosos del destino.