Connect with us
FacebookFacebookTwitterInstagramSpotifyTikTokYouTube

Internacionales

Interjet te lleva a descubrirlo
Quito: “Entre los andes y la mitad del mundo”

Publicado

.

Para explorar el destino andino y conocer su segunda ruta hacia el Ecuador, Interjet invitó a varios periodistas de turismo a un viaje de familiarización, en el marco del vuelo inaugural Ciudad de México / Quito, que despegó de la capital mexicana el 10 de noviembre. A bordo de equipos Airbus A320, este vuelo con duración de 4 horas y media cuenta con una frecuencia diaria que asciende a 4.200 asientos por semana.
 
La ciudad conocida por sus volcanes, montañas e impresionante altitud, que ronda los 2.850 metros sobre el nivel del mar, es además un referente para la geografía y los amantes de los viajes, por su peculiaridad de ser nada menos que “La mitad del mundo”. Este cálculo, medido en un  principio por miembros de la Misión Geodésica Francesa, hoy ratifica su precisión al ostentar mediciones realizadas con GPS.
 
A propósito del principal cometido en el bucket list de miles de trotamundos, el destino cuenta con dos museos que hacen de este privilegiado lugar en el globo, un atractivo que sorprende y emociona a sus visitantes. El Museo Intiñán, explica de manera lúdica y amigable la “Gravedad 0”, invitando a los viajeros a participar en experimentos como lograr equilibrar un huevo sobre un clavo, o el más asombroso; vaciar una cubeta de agua dentro de una tarja y observar cómo el remolino cambia de dirección al hacerlo en el hemisferio norte, sur o bien, cómo este va directo al centro si se hace sobre la línea ecuatorial.
 
Muy cerca de allí, el Monumento de la Mitad del Mundo, alude al mismo prodigio de la geodesia, pero con un enfoque más formal. El recorrido inicia desde el interior del monumento de 30 metros, que alberga el museo etnográfico. Comenzando por la parte más alta, hay un mirador donde se puede observar perfectamente la línea que divide los dos hemisferios, pasando por una reproducción del Centro Histórico de la ciudad de Quito y continuando hasta el Monte Catequilla, el punto más alto que atraviesa la latitud 0º 0′ 0″.

 
Una particularidad de Quito, sin duda es su Centro Histórico, destacado por ser uno de los más  grandes y mejor conservados de América Latina, con una superficie de 375.25 hectáreas, donde la herencia española dejó huella en cada una de las iglesias que lo rodean, muchas de estas con un desafiante y único aspecto que combina distintos estilos arquitectónicos. En ellas, se combina el barroco, mudéjar, rococó, neoclásico y neogótico, como es el caso de la Catedral Metropolitana, que cuenta con un acceso que conduce hasta sus cúpulas, un sitio privilegiado para admirar el centro y los verdes valles con algunas casas.
 
Andar sus calles de estampa colonial, da la impresión de pasear a través del tiempo y encontrarse de frente a la ciudad que en 1584 fundara Sebastián de Benalcázar. Sus oficios, llegados quizás años más adelante, dan cuenta de ello. Calle La Ronda, congrega tiendas de juguetes de hojalata, mieles y jabones artesanales, así como el legendario taller de sombreros Huacatama, que preserva la tradición de confeccionar el Paja Toquilla, o “Panama Hat”, accesorio oriundo de Ecuador y declarado Patrimonio de la Humanidad.
 
Pero su folclor se extiende más allá del centro, de manera disruptiva hacia el distrito de Iñaquito, donde los altos complejos de edificios y corporativos, no pudieron opacar el colorido Mercado que lleva el mismo nombre. El orden, la calma y amplitud del espacio, asombran desde la entrada, los comerciantes inician la conversación llamando “caseritos” a sus clientes potenciales, amigables pero sin ser invasivos, ofertan frutas y verduras de tonalidades vibrantes, algunos más con proporciones colosales y sabores jamás probados.
 
De vuelta a la zona centro, pero en la parte este, se localiza el famoso barrio de La Floresta, lugar predilecto de bohemios e intelectuales que acuden a sus restaurantes, bares y cafeterías para reunirse. Uno de ellos, es el café ocho y medio, que proyecta cine de arte y películas independientes, además de ofrecer bizcochería, bebidas calientes y frías en instalaciones de aspecto boho chic, decoradas con afiches de películas de Fellini, Godard y otros directores internacionales, además de muebles y sillones vintage por todo el lugar.
 

 
Hacia las faldas del volcán Rucu Pichincha, se vive otra aventura imposible de perderse. Allí, el TelefériQo promete un emocionante viaje de 18 minutos hacia la cumbre, donde los 4050 metros sobre el nivel del mar, permiten apreciar la ciudad desde distintos ángulos. Las góndolas, permiten transportar hasta 6 pasajeros y subir incluso bicicletas, mismas que los viajeros más avezados llevan consigo para realizar descensos ecoturísticos.
 
Los alrededores de Quito también ofrecen actividades de turismo de aventura, lugares como la Reserva Intillacta Tucanopy, permiten que niños y adultos puedan practicar canopy de forma segura y respetuosa con el medio ambiente, a través de sus 7 líneas los pasajeros contemplan la majestuosidad del bosque, respiran aire puro y escuchan el sonido de las aves y animales que habitan allí. El sitio imparte además charlas de sustentabilidad.
 
Entre las bajas nubes, la densa neblina y al pie de los andes, este destino ecuatoriano mantiene despierto cada uno de los sentidos, e invita a cerrar la travesía en alguno de sus restaurantes, al calor del Locro de papa y el seco de chivo, sin olvidarse del canelazo con maracuyá o naranjilla, servido para acompañar y llevarse un sabor en la memoria viajera.

Ir a : Interjet sigue a la conquista de Ecuador

Protagonista de la semana

[forminator_form id="47333"]

Tendencias

Right Menu Icon