Tierra de piratas y exploradores
Campeche un estado lleno de misterio

Internado en la reserva de la biosfera en Campeche el camino en coche es angosto y la selva es húmeda, entre la maleza destacan algunos árboles caídos, pero sobre todo los ruidos que se escuchan por parte de los monos araña.
 
Al momento de ir avanzando sobre ese largo camino se observan tapires, venados y pavos salvajes lo cual hace más especial aquel viaje y lanza la expectativa de ver el tan anhelado jaguar que ronda por la península.
 
Después de varios kilómetros, al fin se aprecia la entrada al gran sitio arqueológico de Calakmul rodeado de unas cuantas cabañas estilo maya en el que se aprecian datos curiosos sobre el lugar; no obstante el camino seguirá varios kilómetros pues la grandeza maya está internada en el segundo pulmón del mundo.
 
A lo largo de la ruta el camino es tradicional al que los mayas construían en sus poblaciones a tramos, después simplemente se convierte en tierra húmeda por las lluvias, en las copas de los árboles se escuchan loros y pájaros que abundan.
 
Al llegar al sitio conocido también como lugar de 2 pirámides adyacentes, la altura impone con esa majestuosidad que a pesar de parecer fácil de subir, sus escalones son angostos y pasarlos lleva su tiempo.
 
Sin embargo al momento de llegar casi a la cima el tiempo se vuelve lento, la subida se vuelve eterna pero son aquellos deseos de mirar desde arriba los que te impulsan a llegar.
 
Una vez en la cima, la sensación que recorre el cuerpo es única, pues la grandeza del panorama no tiene precio. Uno pudiera sentirse el rey del mundo, que todo girara entorno asimismo.
 
Desde el horizonte hasta lo más cercano se observan distintas tonalidades de verdes que juegan con los matices de lo que pareciera una gran alfombra verde y las demás pirámides quedan es on dias ante la majestuosidad de ese gran monstruo verde.
 
En cuanto a los sonidos, se escuchan apenas unos que otros murmullos de aves, monos y lo demás es una plena tranquilidad.
 
Sin embrago al mirar uno imagina a la ciudad perteneciente al periodo clásico en todo su esplendor en donde uno de sus grandes logros fue el sistema de recolección de agua, pues en la región a pesar de ser verde, padece de ser árido y sin agua que alimente la vida en su totalidad.
 
A momentos de pronto se observan claro obscuros, pues las nubes recubren grandes áreas y en otras se observa el sol a sus totalidad dando luz a algunas pirámides y en este caso la más grande de todo México con más de 70 metros de altura.
 

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No obstante, el estado encierra más misterio cómo el de las calles de la Ciudad de Campeche resguardando estructuras antiguas y que hoy son hoteles como el de Casa Gustavo o Puerta Campeche dando así dos perspectivas diferentes.
 
Sobre esa misma calle, dos baluartes complementan el misterio y las anécdotas que se pudieron vivir desde la entrada por tierra y la puerta de mar con aquellas batallas de piratas y la llegada de españoles que pernearon así la identidad del lugar.
 
Desde la parte de arriba de las murallas que a tramos encierran parte de la ciudad que está cerca del malecón aún se observa la vista que permite ver las tonalidades del mar, pero también mirar los cañones desgastados que fueron partícipes de innumerables batallas.
 
Así se conforman las leyendas que surgen de época y con la estructura de las cosas coloniales y pintorescas recobran la vista pintoresca de la ciudad.
 
Misma que resguarda y reboza de una gastronomía rica en mariscos desde sus camarones empalizados o de coco, hasta un pulpo al pastor, sin faltar el agua de chía que es un clásico de la costa.
 
Pero dentro de lo tradicional, hay zonas que aparentan un estilo moderno, lujoso y combinan con la parte clásica de la ciudad como lo es el Campeche Country Club que con sus playas de color blanco y sus instalaciones dan la tranquilidad que está envuelta de diversas amenidades que hacen más cómoda la estancia en aquellas playa.
 
De esta forma el estado se ha revolucionado y combina culturas, y tradiciones como la del municipio de Pomuch en la que desde su pequeño cementerio guarda una tradición milenaria.
 
Al entrar el frío recorre el cuerpo y a los costado se observan los cráneos y los huesos de aquellos difuntos que llevan más de 3 años.
 
Dando así un matiz macabro, pero interesante pues la tradición del pueblo de limpiar los huesos de sus familiares proviene de una tradición maya que recuerdas a los ya fallecidos y el cementerio se vuelve lugar de una tradición única en el país.