Michoacán cierra 2025 con movimiento, con flujo real y con señales claras de que el destino quiere jugar fuerte en 2026, con más conectividad, una oferta de hospedaje que se ha diversificado y, ahora, una herramienta digital que busca llevar al viajero de la mano desde el primer clic.

Desde Michoacán, Roberto Monroy García, secretario de Turismo del estado, dibuja el cierre de año como un mosaico de experiencias que conviven al mismo tiempo: la Feria de la Esfera en Tlalpujahua, los santuarios de la Mariposa Monarca en temporada, las villas navideñas en Morelia y ese Pátzcuaro que se vuelve postal con su nacimiento y su atmósfera decembrina. Todo esto, mientras el estado mantiene el pulso en gastronomía, cultura y artesanía: un combo que, en Michoacán, no se “presume” con discurso… se vive.

Pero si algo está sosteniendo ese buen cierre es la conectividad, y aquí el secretario lo aterriza con tiempos y rutas: por carretera, Morelia se mantiene a alrededor de tres horas desde CDMX (con autopista sólida), y en el mapa del Bajío el destino juega cerca: dos horas y media de Guadalajara, dos y media de Querétaro y dos de León. Para quien prefiere avión, Monroy recuerda que hay vuelo diario directo desde Ciudad de México, además de una red que le ha permitido al estado ganar fuerza tanto en mercado nacional como en el de Estados Unidos. 

Y los números acompañan. Al cierre de año, Michoacán reporta crecimiento del 12% en llegadas aéreas respecto al 2024, con un dato que explica mucho: desde julio se abrieron ocho nuevas rutas al aeropuerto de Morelia, lo que terminó por consolidar el ritmo del destino en la segunda mitad del año. 

En proyección de cierre, Monroy pone sobre la mesa una cifra que —en términos de industria— pesa: el estado estima terminar alrededor de 11 millones de turistas y visitantes (incluyendo también al visitante no necesariamente de ocio), con una derrama esperada por arriba de 11 mil millones de pesos, a reserva del corte definitivo cuando cierre el año. 

Ese crecimiento no camina solo; necesita cama, necesita producto, necesita “dónde quedarse”. Y ahí Michoacán se ha vuelto más amplio y más flexible para distintos bolsillos: desde hostales bien ubicados y de buena calidad, hasta hoteles boutique y propiedades reconocidas que fortalecen la experiencia para el viajero que busca algo más especial. Enlista nombres que, para el trade, ya son referencia: La Soledad, Mansión Solís, Casa Grande, Juaninos, Cantera Diez y Hacienda Cantalagua, además de opciones fuertes también en Pátzcuaro y Zamora. “Hoteles para todos los bolsillos, comida para todos los bolsillos”, remata. 

Y cuando parecía que la conversación se quedaría en el “cierre positivo”, el secretario suelta una carta distinta: tecnología aplicada al turismo. Michoacán acaba de lanzar Tata Pancho, presentado como la primera herramienta de inteligencia artificial en el país pensada para armar viajes, alojada dentro de la página oficial del destino. La lógica es simple y poderosa: el usuario entra, conversa (por texto o por voz), define días, presupuesto, tipo de viaje, si llega por aire o por carretera, si viaja con adultos mayores, con mascota, si tiene alergias o necesita atención especial… y el asistente empieza a sugerir rutas, actividades, tiempos y costos para que el viajero elija. 

En otras palabras: Michoacán está cerrando el año con lo que el viajero busca hoy —experiencias y facilidad—, pero sin perder su sello. Porque sí: siguen siendo la mariposa, las esferas, los nacimientos, la cocina y los pueblos mágicos… solo que ahora, también, el destino ya tiene una IA que te pregunta “¿qué te gusta?” y te arma el plan.