El potencial turístico de los pueblos y barrios de CDMX

La primer Constitución Política de la CDMX, anunciada con bombo y platillo por parte del ejecutivo capitalino, como un documento de avanzada al incluir en ella los derechos de los pueblos y barrios originarios de la ciudad de México, es en principio un instrumento sumamente importante que permitirá apoyar la llegada de más turistas, al mismo tiempo de dar mayor relevancia y difusión a las tradiciones milenarias con que cuenta nuestra ciudad.
El documento mencionado reconoce en su artículo 58 la composición pluricultural, plurilingüe y pluriétnica de la Ciudad de México, al mismo tiempo define cuales son los pueblos así como barrios que tienen carácter de originarios, al respecto establece el artículo citado a la letra en su inciso a:
“Los pueblos y barrios originarios son aquellos que descienden de poblaciones asentadas en el territorio actual de la Ciudad de México desde antes de la colonización y del establecimiento de las fronteras actuales y que conservan sus propias instituciones sociales, económicas, culturales y políticas, sistemas normativos propios, tradición histórica, territorialidad y cosmovisión, o parte de ellas.”
Tomando en cuenta lo anterior la Constitución Política de la Ciudad de México abre una interesante oportunidad, para promocionar los pueblos y barrios que han dado identidad a la capital del país, dependerá de las leyes secundarias en la materia que permitan incentivar la promoción turística detonando estos espacios, en ocasiones poco conocidos de nuestra ciudad.
Sin duda será factor fundamental la voluntad política del gobierno de la ciudad de México para otorgar un incentivo a quienes fomenten o difundan la majestuosidad así como la grandeza de los pueblos y barrios originarios de nuestra capital, pensar en un incentivo fiscal no sería una mala opción, o bien establecer un decreto para designar un porcentaje de lo que corresponde al fondo mixto de promoción turístico de la Ciudad de México para que sea destinado a los pueblos y barrios, si el primer paso fue su reconocimiento, la promoción o difusión serían un excelente segundo paso y muestra de buena voluntad por parte de las autoridades capitalinas.
*Dedico en esta ocasión esta colaboración a mi querida amiga Pilar Corona, incansable luchadora a favor de los pueblos y barrios de la CDMX.